Quiero ser la imagen de Mercadona
¿Qué cosa es
Mercadona? Para mí, y tal vez para muchos migrantes y españoles también, es la
meca de los productos alimenticios, de limpieza y de aseo personal. Es el PlazaVea en Perú, pero sin las áreas de electrodomésticos y juguetería. Sí, es un
supermercado, uno de los más grandes de España, con 1633 locales. Esto no es
propaganda, solo contextualizo.
Cada sábado agarro
el carrito de compras que me prestan mis caseros (la pareja de esposos que me alquila
una habitación, más conocida como piso), camino tres cuadras y empiezo mi
ritual: esto sí, esto no; aún queda esto; esto es rico, pero ya no alcanza; no
importa si me paso un poquito, hoy quiero esto; y así sucesivamente. Siempre
sábados, porque los domingos no abren (imposible que suceda en Perú).
Aquí, como en las
demás cadenas de supermercados, la mayoría de productos está envasado. Si
quieres pollo, pavo o chanchito, tienes la opción de elegir medio pollo trozado
o entero, solo piernas o solo alitas, menudencia. Ah, pero no está la caserita
para que te pique el pollo, todo está en depósitos de plástico tapados de
manera hermética, con la fecha de vencimiento a la vista y el precio. Escoge el
que te apetezca y mételo a tu canasta, listo.
Las frutas, como
la naranja o la mandarina, vienen en mallas de tres o seis kilos. Lo mismo
sucede con las papas o las cebollas. Y si quieres comprar arverjitas (aquí le
dicen guisantes) para el arroz a la jardinera, o como yo que lo agrego a casi
todo, ¡vienen congeladas! Aquí te olvidas de pelarlas: todo está listo para
meter a la olla.
¿Y a qué venía el
título de este post? Bueno, si se
habrán dado cuenta, siempre compro en Mercadona. Desde la torta para eventos
especiales, hasta el detergente en cápsulas. Sé que hay más opciones, como
Consum (con sus 21 minicroissant a 1.15 euros), o las fruterías y verdulerías
(aunque tuve la mala experiencia de comprar una palta a 1.30 euros, cuando en
Mercadona estaban cuatro por 2 euros). Es cuestión de buscar la opción que se
adapte a tus gustos y a tu bolsillo.
Esto sí, ir al supermercado no es sinónimo de pituquería,
es lo que hay. Y tampoco he olvidado lo que es ir al mercado tradicional, como
los de Ciudad y Campo y Limoncillo en el Rímac, pero aquí son escasos y
distantes. Tal vez esta opción (la de Mercadona) es la que, de alguna manera,
me recuerda más las compras inesperadas en el Plaza Vea de la avenida Alcázar ‒los piqueos para los cumpleaños, el pisco para
brindar, los paquetones de papel higiénico, etc. ‒, también a un par de cuadras de casa. Tal vez ese
recuerdo es el que me impulsa a ir para contarle mis padres: “Sí, el Mercadona
es como el Plaza Vea”.
Comentarios
Publicar un comentario